
El mundo de los videojuegos es una mina de oro. El año pasado facturó a nivel global 147.000 millones de euros, casi un 20% más que en 2019. Un crecimiento espoleado por la pandemia pero que no tiene visos de detenerse: todo indica que este año la facturación mundial superará los 189.000 millones. En ese escenario, son cada vez más las compañías de todos los sectores que apuestan por incursionar en el negocio. Las últimas son dos grandes del audiovisual: Netflix y Mediaset, que recientemente anunciaron su desembarco en el mundo del ocio interactivo.