. . .


Resulta difícil ponerle pegas al Clase S. Quizá que sea grande, pero no, porque cuando lo conduces los centímetros se evaporan y, por otro lado, basta sentarse donde lo hace quien lo paga para ver lo bueno de que lo sea. O que sea pesado, pero tampoco, porque ¿quién lo diría cuando aceleras? O caro, pero, ¿has visto lo que lleva para tu deleite?



Source link

loading...