
Captar el tempo es el trabajo más difícil de un guionista. Y, en ese sentido, una película completamente desconocida es la cinta perfecta. Interesante en tiempos de blockbusters repetitivos. Una casualidad, un misterio, un milagro. Eso y más es Mis quejas hacia Dios. El creador del blog Teenage Thunder fue de los primeros en evangelizar sobre este largometraje a reivindicar, aunque rastreando la web su descubridor fue Víctor Olid.